Los exaltados imponen su opinión y desplazan a los pensantes |
La Psicología de Grupos nos indica que cuando se forman grupos (mucho más en el caso del jurado, que delibera en secreto y sin fundar su opinión) aparecen líderes naturales que usualmente son los más exaltados. Y generalmente con algún rasgo psicopático. ¿Esto garantiza un mejor debate? Seguramente que no.
No sólo el debate se empobrece, sino que ocurre el fenómeno de que las personas más pensantes se ven en el trance de enfrentar situaciones desagradables y de presión grupal para hacer valer su opinión. La experiencia dentro del jurado muchas veces es amarga.
La labor de juzgar exige el uso de la lógica y la razón que sólo puede aportar la muchas veces minoritaria porción más pensante de la ciudadanía. En cambio los exaltados, que a veces son mayoría, con su ignorante prepotencia, pueden imponer veredictos irracionales, fundados en necios prejuicios personales.
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