14/12/12

El juicio por jurado perturba la administración de justicia

El juicio por jurados es un cáncer para la justicia

Si para la gente el sistema es problemático, para los operadores de justicia es completamente desgastante. Los juicios por jurados son una suerte de guardería en la que los funcionarios se tienen que abocar a juntar e instruir a gente para que puedan realizar razonablemente la tarea de juzgar (lo cual nunca van a lograr).

Los fiscales de la provincia van a ocupar tantas horas en la realización del juicio, que van a tener que descuidar la instrucción de las causas. ¿Qué crimen puede esclarecer un fiscal atorado durante diez días en un juicio y sin poder abocarse siquiera un minuto a alguna investigación?

Esto es un dato de absoluta relevancia: el éxito o el fracaso de todos los procesos penales se dirime siempre al momento de la investigación. Si se maniata a los fiscales en extensas e innecesarias audiencias de debate, la investigación de las causas queda en manos de nadie.

Los jueces que deben llevar adelante las audiencias de juicio no podrán resolver juicios abreviados, ni habeas corpus, ni amparos, ni nada durante diez días. Cada juicio por jurados sería una suerte de licencia compulsiva en las cuales se anula toda su capacidad de trabajo.

Los secretarios, empleados y policías quedarán completamente abocados a coordinar y convocar a unas 25 personas para poder realizar cada audiencia. Es que para iniciar cada audiencia se requiere la presencia del juez, el fiscal, el representante del particular damnificado (si es que lo hay), el defensor (o defensores), el imputado (o imputados) y los 18 miembros del jurado.

En conclusión, mientras que el verdadero problema de la justicia penal es el dilatado tiempo del proceso (problemática que los legisladores nunca han sabido abordar), el juicio por jurados lo único que aporta es una justicia más lenta e ineficiente.

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