Después de pensar que los juicios por jurado son sustentados por abogados, no podemos menos que pensar que nuestra profesión tiene una alta dosis de vocación suicida.
No sólo abjuramos de la validez de nuestro mérito, que está sustentado en nuestro conocimiento, sino que declaramos que ese conocimiento per se es pernicioso para la sociedad.
Sería lo mismo que los médicos declarasen que el conocimiento de la medicina es perjudicial para la salud y llamasen para reemplazarlos a curanderos, chamanes, brujos, manosantas, mentalistas, parapsicólogos, o sea toda la vasta fauna que anida en los límites de la salud oficial.
El argumento de que el conocimiento del derecho es perjudicial para que aflore el innato sentimiento de justicia que anida en los corazones puros de los hombres del pueblo, no es un razonamiento científico. Y es lamentable que existan abogados que recurran a este tipo de razonamiento, cercano a la creencia en el "mal de ojo".
Lo mismo puede decirse de algunos jueces, que en un exceso de baja autoestima, consideran que un jurado puede hacer mejor su labor. Pretender que cualquier persona puede juzgar mejor que un juez, es un insulto a la ciencia.
Quien carece de toda noción acerca de la teoría del delito, esto es, de la ciencia del derecho penal, nunca se podría encontrar mejor capacitado para juzgar que un juez. Más aún, lisa y llanamente no se encuentra capacitado para juzgar. Puede juzgar tan bien, como un juez operar una apendicitis.
* Por el Dr. Adolfo Rocha Campos
Ex magistrado en el fuero civil y comercial del Departamento Judicial de Azul, Pcia. de Buenos Aires, Argentina
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